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¿Qué son las olas de calor marina y cómo afectan nuestro planeta?

Publicado el lunes, 06 junio de 2022

Icebergs en el norte del Mar de Weddell frente a la Antártida. Autor de la foto: John Sonntag / NASA

De la misma forma que las olas de calor calientan la tierra y suponen un aumento de la temperatura del aire, también existen olas de calor en la superficie de mares y océanos. Este fenómeno se produce cuando, durante mínimo 5 días consecutivos, las temperaturas del agua de una región oceánica en particular se mantienen por encima de la media habitual, pudiendo variar su duración de varias semanas hasta varios meses.

En los últimos años, estos eventos se han vuelto cada vez más frecuentes y duraderos, provocando cambios considerables en los ecosistemas marinos y de la costa. Al igual que un incendio puede aniquilar miles de hectáreas de vegetación y acabar con la vida de incontables animales, las olas de calor marinas arrasan grandes porciones de vida marina, pudiendo cambiar por completo una infinidad de ecosistemas.

La lista de efectos negativos es larga: aumentando la mortalidad de especies de aves, peces, ballenas y leones marinos, junto con otros mamíferos marinos; pueden desencadenar floraciones de algas nocivas y reducir en gran medida el suministro de nutrientes en los océanos; blanqueamiento de corales y desencadenar movimientos de comunidades de peces hacia aguas más frías, junto con el fuerte declive de los casquetes polares. Todos estos efectos colaborando en el condicionamiento de la climatología del planeta, al igual que la economía y cambios en la redistribución de especies y otros entornos naturales de la flora y fauna a nivel global.

La población de kelp a lo largo de la Costa de California ha disminuido con el paso de los años. Autor de la foto: NOAA

Según el estudio “Riesgos emergentes por las olas de calor marinas” de Thomas L. Frölicher y Charlotte Laufkötter, las causas que contribuyen a que se formen y desaparezcan las masas de agua caliente todavía se desconoce. Se valora que puedan derivar de forzamientos oceánicos o atmosféricos por parte de la actividad humana, como la sobrepesca y/o la contaminación, tanto del agua de los mares como del aire. En conjunto, el calentamiento global y el cambio climático antropogénico del planeta podrían estar aumentando la cantidad de olas de calor con el paso del tiempo.

«Las recientes olas de calor han tenido un impacto grave en los ecosistemas marinos, que necesitan mucho tiempo para recuperarse después, si es que alguna vez se recuperan por completo”, explica Charlotte Laufkötter.

Siendo un caso de estudio, en 2011 en la costa oeste de Australia, una ola de calor marina que azotó la zona provocó que las corrientes de agua se volvieran inusualmente más cálidas, las cuales entraron en los bosques de kelp/algas cercanas a la costa y redujeron su población radicalmente. Esto supuso un impacto negativo a gran parte de las especies que habitaban ahí, como langostas y vieiras, lo que llevó a que algunas de las compañías pesqueras más importantes de la zona llevaran a cabo su cierre, algunas sin recuperarse hoy en día; y se vieran modificados los hábitos alimenticios de algunas otras especies de la región.

Coral blanqueado en la Gran Barrera de Coral de Australia cerca de Port Douglas. Autor de la foto: Brett Monroe Garner / Greenpeace via Reuters file

No solo los ecosistemas marinos se ven fácilmente perjudicados por aguas a mayor temperatura, sino también la población global que depende, en gran medida, de los océanos, ya sean como fuente de oxígeno, sumidero de dióxido de carbono o fuente de alimentación. Suponiendo un gran peligro para el planeta y sus habitantes.

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