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Olas de 15 metros de altura en el tsunami de Papúa Nueva Guinea de 1998

Publicado el lunes, 19 julio de 2021

El piso inferior de una escuela en la aldea de Sissano colapsada después de haber sido arrastrada 65 metros por las olas del tsunami. Autor de la foto: Hugh Davies / NOAA NCEI

En una isla ubicada al norte de Australia, el 17 de julio de 1998, el país de Papúa Nueva Guinea sufrió un terremoto de magnitud 7.0 en la escala de Richter a las 5:49pm (hora local). A raíz de este evento, se generaron tres catastróficas olas de tsunami/maremoto, las cuales llegaron a alcanzar y arrasar las aldeas enteras de Warapu, Sissano, Malomo y Arop ubicadas en la costa norte de la isla, cobrándose la vida de aproximadamente 2.200 personas, hiriendo a 1.000, desplazando a más de 10.000 y contando 500 personas desaparecidas.

Hugh Davies relata en su libro “Aitape Story: The Great New Guinea Tsunami of 1998” (2017) (Historia de Aitape: El gran tsunami de Nueva Guinea de 1998, en español) que, después del primer gran impacto del terremoto, a este le siguieron varias replicas moderadas y fuertes que continuaron el resto de la noche. Estos habían dejado daños en algunas estructuras y formado grietas en el suelo. A continuación, comenta Davies, los aldeanos escucharon un fuerte estruendo y fueron a la playa para investigar dicho ruido, llegando a ver como el mar estaba “burbujeando” y “vaciando la playa”.

A la distancia, se podía ver una gran ola formándose, a lo que los aldeanos empezaron a huir, trepar árboles o subirse a estructuras de la mayor altura posible. Las olas alcanzaron a la mayoría de dichos aldeanos, tambaleándolos vigorosamente y sumergiéndolos en el agua, junto con los escombros que esta arrastraba.

Posteriormente, se confirmó que el tsunami tuvo alturas de ascenso de hasta 15 metros (49 pies) en la aldea de Arop y de entre 10 a 15 metros (39 a 49 pies) en una zona de 25 kilómetros (15 millas) desde el pueblo de Sissano a Teles.

Modelo descriptivo del tsunami. Autor de la foto: Eric Geist / USGS

A diferencia de muchos otros tsunamis, este levantó especial interés dentro de la comunidad científica dado que llegó 10 minutos tarde de lo calculado después del terremoto. Lo que llevó a determinar que este tsunami había sido provocado por un deslizamiento de tierra submarino generado por el terremoto, del cual no existían registros históricos recientes que demostraran el peligro de los tsunamis generados de esta manera.

De la misma forma que con otros tsunami previos y posteriores, el daño causado generó interés y revuelo en muchas partes del mundo respecto a la consideración del alto riesgo que pueden suponer los tsunamis, y más estos causados por deslizamientos submarinos.

Las olas de tsunami removieron todo rastro de cientos de casas a lo largo de la costa de las aldeas de Arop. Autor de la foto: Hugh Davies / NOAA NCEI

Esto genera una nueva variable a la formula de los sistemas de detección de tsunami, teniendo que tomar en cuenta, no solo las vibraciones de la tierra por el movimiento de las placas tectónicas, sino también los deslizamientos de tierra. La importancia de estos sigue radicando en mantener a la población alerta ante cualquier posible peligro y minimizar la cantidad de perdidas.

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